Mi implante dental me molesta o se mueve, ¿es normal?
Un implante dental es una solución extraordinaria para reemplazar un diente perdido. Cuando el tratamiento es un éxito, el implante se siente y funciona exactamente como un diente natural. Pero, ¿qué ocurre cuando notas una ligera movilidad o sientes una molestia persistente? ¿Es algo pasajero o una señal de alarma?
Si te estás haciendo esta pregunta, la respuesta es clara y directa: No, no es normal.
Un implante dental correctamente integrado en el hueso (un proceso llamado osteointegración) debe ser completamente estable e indoloro. Cualquier sensación de movimiento, molestia, dolor o inflamación alrededor del implante es una señal de que algo no va bien y requiere una valoración profesional inmediata.
En Odontología Hospitalaria, somos especialistas en el manejo de casos complejos y complicaciones con implantes dentales. En esta guía, te explicaremos por qué tu implante puede estar fallando y por qué actuar a tiempo en manos expertas es crucial para salvarlo.
Tabla de Contenidos:
1. ¿Por qué se mueve o molesta un implante? Las causas principales
2. Diferencia clave: ¿Se mueve el implante o la corona?
3. Los riesgos de ignorar el problema: Más allá de la molestia
4. Diagnóstico en OHI: Cómo encontramos el origen del problema
5. Soluciones para un implante con problemas: Nuestro enfoque
1. ¿Por qué se mueve o molesta un implante? Las causas principales
Las complicaciones con un implante pueden aparecer en dos fases: poco después de la cirugía (fracaso temprano) o meses e incluso años después (fracaso tardío). Las causas son diferentes.
Fracaso Temprano (Poco después de la cirugía):
– Fallo en la osteointegración: Es la causa más común. Ocurre cuando el implante no se fusiona correctamente con el hueso maxilar. Esto puede deberse a una densidad ósea insuficiente, una infección postoperatoria o una sobrecarga prematura del implante.
– Técnica quirúrgica inadecuada: Una mala planificación o una colocación incorrecta del implante pueden comprometer su estabilidad desde el inicio.
– Infección: Una infección bacteriana en el lecho del implante durante o justo después de la cirugía puede impedir la curación y la correcta integración.
Fracaso Tardío (Meses o años después):
– Periimplantitis: Es la causa principal del fracaso a largo plazo. Se trata de una enfermedad inflamatoria, similar a la periodontitis en los dientes naturales, que destruye el hueso que soporta el implante. Comienza con una inflamación de la encía (mucositis) y, si no se trata, avanza afectando al hueso.
– Sobrecarga oclusal: Una prótesis (corona) mal ajustada puede ejercer fuerzas excesivas sobre el implante, provocando la pérdida de hueso a su alrededor o el aflojamiento de los componentes.
– Mal mantenimiento e higiene: Una higiene oral deficiente permite la acumulación de placa bacteriana alrededor del implante, lo que puede desencadenar una periimplantitis.
Un implante sano no debe moverse ni doler. Si notas cualquiera de estos síntomas, estás ante una señal de alarma que requiere atención especializada.
2. Diferencia clave: ¿Se mueve el implante o la corona?
A veces, la sensación de movilidad no proviene del implante (el «tornillo» que va en el hueso), sino de la corona (la parte visible del «diente»). Esto puede ocurrir porque el pequeño tornillo que une la corona al implante se ha aflojado.
Esta es una buena noticia. Si solo se ha aflojado la corona, la solución suele ser sencilla: acudir a la clínica para que el especialista la vuelva a apretar o ajuste. Sin embargo, es imposible que tú mismo sepas cuál de las dos partes es la que se mueve.
Nunca intentes apretarlo tú mismo ni ignores el movimiento. Un tornillo flojo puede dañar la conexión del implante si se deja sin tratar, convirtiendo un problema menor en uno mucho más complejo.
3. Los riesgos de ignorar el problema: Más allá de la molestia
Pensar «es una molestia sin importancia» o «quizás se arregle solo» es el mayor error que se puede cometer. Ignorar un implante que se mueve o duele puede llevar a:
– Pérdida ósea avanzada: Si la causa es una periimplantitis, la infección seguirá destruyendo el hueso de soporte, haciendo que una futura solución sea mucho más complicada.
– Infección extendida: La infección puede propagarse a los dientes adyacentes o a otras partes de la boca.
– Pérdida completa del implante: Si no se actúa, el resultado final es la pérdida inevitable del implante, lo que implica volver al punto de partida, pero con menos hueso disponible.
4. Diagnóstico en OHI: Cómo encontramos el origen del problema
Para ofrecer una solución eficaz, primero necesitamos un diagnóstico de máxima precisión. En OHI, gracias a la tecnología de un entorno hospitalario, no dejamos nada al azar.
Nuestro proceso diagnóstico incluye:
1. Exploración clínica y periodontal: Evaluamos la salud de la encía alrededor del implante, medimos la profundidad del sondaje y comprobamos el grado de movilidad.
2. Diagnóstico por imagen avanzado (TAC Dental): Realizamos una tomografía computarizada (TAC) para obtener una imagen en 3D de tu maxilar. Esto nos permite ver con una precisión milimétrica la cantidad y calidad del hueso que rodea al implante y detectar cualquier pérdida ósea.
3. Análisis de la oclusión: Revisamos tu mordida para asegurarnos de que las fuerzas que soporta la prótesis son las adecuadas.
5. Soluciones para un implante con problemas: Nuestro enfoque
Una vez tenemos el diagnóstico exacto, decidimos el plan de tratamiento. En OHI, estamos capacitados para realizar desde los procedimientos más sencillos hasta las cirugías reconstructivas más complejas.
– Si el problema es el tornillo de la corona: La solución es tan simple como retirarla, limpiarla y volver a apretar el tornillo con el torque adecuado.
– Si hay una infección (mucositis o periimplantitis): El tratamiento va desde una limpieza profunda alrededor del implante para descontaminar la zona, hasta una cirugía regenerativa para limpiar la superficie del implante y, si es posible, reconstruir el hueso perdido.
– Si el implante ha perdido la osteointegración: En los casos más avanzados, la única solución es la explantación (retirar el implante). Gracias a nuestro entorno hospitalario, este procedimiento se realiza con la máxima seguridad. Una vez retirada la causa y regenerada la zona, se puede planificar la colocación de un nuevo implante.
No dejes que la preocupación por un implante que te molesta se convierta en un problema mayor. En Odontología Hospitalaria, tienes a tu disposición a un equipo de especialistas y la tecnología más avanzada para darte una solución segura y definitiva.
Pide tu cita gratuita para una valoración completa. Tu bienestar es nuestra prioridad.






